¿Le gustaría convertirse en un héroe para sus clientes hosteleros y dejar una gran huella con un pequeño gesto? En ese caso, tiene que leer esta historia:
«Corría uno de aquellos veranos en los que todo se hacía cuesta arriba. Todas las mesas de fuera estaban ocupadas, no había suficiente personal, en cocina iban al límite y los comensales, hambrientos, se amontonaban en la entrada. Se trataba de un pequeño restaurante de gestión familiar. Aquella chef llevaba 20 años al frente de los fogones, su hijo estaba aprendiendo y todo el personal estaba tan agotado como el cartel de «cerrado por descanso» que colgaba de la puerta, cada vez con mayor frecuencia.
Hasta que llegó: el revendedor. Ni un superhéroe, ni un hechicero. Simplemente, alguien que escuchaba. Se sentó y escuchó hablar de los turnos que nadie quería hacer y del personal temporal que solo se quedó un verano. También de los clientes que marcharon decepcionados porque nadie tuvo tiempo de decirles que los platos que habían pedido ya estaban listos. Cuando la chef y su equipo terminaron, dijo: «Tengo algo. Emite una señal acústica cuando está encendido». Se rieron, pensaron que era una tomadura de pelo. Pero luego les mostró el avisador ratiotec Connect.
El avisador ratiotec Connect no generó ningún ruido. Trajo paz y tranquilidad, porque a cada cliente se le daba uno al realizar su pedido. Tan pronto como los platos estaban listos, se les notificaba con un clic de ratón. Luego vibraba, parpadeaba brevemente y el cliente sabía que ya estaba listo. Sin llamadas, sin búsquedas, sin estrés. Y lo que es aún mejor: con un pequeño módulo adicional opcional para realizar el seguimiento de mesas y zonas, el equipo incluso sabía dónde se sentaba el comensal. No importa si estaba fuera, dentro o al fondo del patio. Con un clic, todo marchaba como un reloj.
La chef volvió a tener tiempo para salir de la cocina y saludar. Por primera vez, su hijo vio futuro en su trabajo. ¿Y los clientes? ¡Ahora volvían con mayor frecuencia! Y lo contaban. Porque su restaurante favorito seguía abierto. El avisador tenía otra ventaja: escuchaba. Para nada en un sentido molesto, sino como un cronometrador silencioso. Con la opción integrada «Time-to-Service», mostraba: ¿cuándo se está alargando la espera? ¿dónde se está produciendo la congestión? ¿qué días se necesitan realmente más manos? Así es como, por primera vez, la chef analizó los tiempos de espera. Reconoció las horas punta, los cuellos de botella y contrató personal de una manera más enfocada. Ya no por instinto. Sino con un sistema. Los clientes lo notaron. Y querían volver. Y más a menudo. Algunos lo llamaron coincidencia. Pero el hijo, simplemente, sonrió. Porque era conocedor de lo que nadie más había visto: el avisador de ratiotec Connect consiguió aportar más mejoras que tres nuevos empleados temporales juntos.
¡Ay! Sí, casi nos olvidamos de un detalle: el avisador ratiotec Connect viene con una impresionante garantía de cinco años. Mientras que otros dispositivos procedentes del Lejano Oriente fallaban tras el primer verano, el avisador ratiotec Connect seguía adelante en silencio y aportando fiabilidad. Día tras día. Clic tras clic. Un dispositivo que era más que mera tecnología: «confianza marchando».
¿Y cómo continuó la historia? Actualmente, el revendedor vende más avisadores de ratiotec Connect que nunca. No porque sea tecnología. Sino porque ayuda a las personas. Dice: «con el avisador ratiotec Connect no estoy vendiendo dispositivos; estoy vendiendo espacio para respirar, sonrisas y establecimiento favoritos que perduran». Y a veces lo escuchas reír discretamente cuando uno de los avisadores ratiotec Connect emite un pitido.