¡Aquí vienen las aceleradoras de procesos!

Con la industria 4.0 y el Internet de las cosas (IoT), los requerimientos impuestos a sus clientes del sector del comercio minorista, la producción y la logística han aumentado significativamente en los últimos años; y también lo han hecho los requerimientos que le trasladan sus clientes en lo que a hardware se refiere.  Por encima de todo, ha cobrado importancia el seguimiento de productos a lo largo de la cadena de suministro. Los clientes quieren saber de dónde vienen las mercancías y a dónde van; y ahí es donde entran en juego las impresoras RFID. Las impresoras dotadas de tecnología RFID crean etiquetas que contienen toda la información importante del producto, que queda disponible para seguimiento, lectura e incluso ampliación, en caso necesario y en cualquier momento, incluso si la etiqueta está sucia o dañada.

La diferencia decisiva entre las etiquetas RFID y de códigos de códigos de barras: los identificadores de RFID ofrecen, además de superficie imprimible, almacenamiento interno de datos. Esto permite guardar toda la información del producto, entre otros datos: el lote/número de lote, la fecha de caducidad, la descripción del artículo, la unidad de transporte o el número de identificación y clasificación. Asimismo, cada identificador RFID incorpora un chip con un número de serie único y distintivo en todo el mundo (UID o TID). Y esto proporciona mayor transparencia a las cadenas de suministro y sus clientes quedan mejor protegidos: si un producto o una entrega presenta un defecto, es más fácil identificar dónde se produjo. Así se mitiga la carga de trabajo de sus clientes en lo referente las devoluciones.